12.12.06

Huellas

Un día después se inició el ataque del León, liderados por Ikoma Denai Chui, los 200 samurai montados avanzaron hacia Ryoko Owari Toshi al acercarse los infiltrados se encargaron de abrir las puertas. El kaisha* avanzó por la calle principal de la ciudad en dirección a la casa del regente de la ciudad. En las angostas calles de la ciudad se veía muy pocas pesonas, los mercados y tiendas fueron cerrados abruptamente al sospechar lo que ocurriría. Dos centenares de ashigaru, antiguamente al servicio del exiliado clan del Escorpión, ahora apoyaban al León en la liberación de la ciudad de las corruptas manos de Karita y sus Magistrados.

La batalla comenzó, gracias a la dirección de Denai y el apoyo estratégico de Ikoma Dagotsuru la batalla duró lo necesario para atrincherar al enemigo en la gran casa de Karita dejándole con muchas bajas su defensa. Antes de la retirada absoluta un duelo se produjo entre dos samurai, dos grullas en bandos opuestos, Doji Toshimi retó a Kakita Morihei a un duelo de Iaijutsu para limpiar su nombre y dar una lección a los jóvenes Leones de su fuerza. El duelo duró menos de 5 segundos, en los cuales ambos contrincantes resultaron con heridas severas pero el vencedor fue Doji Toshimi que, gracias a su experiencia en combate y en sus 13 duelos ganados, logró derribar a Morihei para luego retirarse con sus tropas de ronin.

El sitio a la casa provocó grandes bajas para el León y sobretodo para los ashigaru a causa de lluvias de flechas desde el interior, tres grupos en total entraron y lograron tomarse el primer y segundo piso. Ikoma Denai e Ikoma Dagotsuru subieron al tercer piso para encargarse de los líderes enemigos, luego de una larga discusión decidieron terminar con las diferencias en duelos a muerte de Iaijutsu. Doji Toshimi aun estando herido desafío a Ikoma Denai quién lo mató de un limpio y preciso corte. Por otra parte el Magistrado Shoi, quién antes respondiera al nombre de Hiruma Shoi, se enfrentó a Ikoma Dagotsuru, quién antes respondiera al nombre de Akodo Dagotsuru; ambos habían entrenado durante mucho tiempo el arte del Iaijutsu y eran muy buenos en eso, quién atacara primero sería el vencedor. Dagotsuru atacó primero. Karita no se encontraba en el lugar.

Los eta comenzaron a recoger los cadáveres de los muertos en combate, el kaisha León marcharía al amanecer y dejaría a cargo de la ciudad al Koun-Hiiki, sólo mientras llegaban de la capital quienes se encargarían de la ciudad. Antes de su partida Kitsu Ikemi habló de ciertos e incómodos temas con Itachi, quién tomó una decisión que podría definir su futuro.

Días después la ciudad se tranquilizo y el comercio volvió poco a poco y las casas de juego empezaron a funcionar otra vez, aunque al parecer las diversas clientelas aún estaban temerosas de aparecer. Los días dictatoriales del grupo pasaron muy lentamente, entre papeleos de impuestos y cuentas Itachi y Aoshi pasaron largos y poco gratos momentos, mientras Haruko se encargaba de la seguridad con los 10 ashigaru disponibles y el nuevo líder escogido por los cuatro se hacía cargo de las relaciones públicas. Cuatro días de mandato pasaron hasta la llegada de la comitiva Imperial.

Seppun Ishin lideraba a los 150 samurai que se encargarían de la ciudad del juego los próximos meses. Ishin era un alto y esbelto hombre con las túnicas pertinentes para un político de gran experiencia, más de 45 años indicaban sus arrugas y su cano cabello olor a cerezas. Se presentó en la puerta a quienes fueron a recibirlo, los cuatro dirigentes interinos de Ryoko Owari: el líder, Kakita Morihei y sus compañeros Mirumoto Aoshi, Otaku Haruko y Kakita Itachi.

Al amanecer el Koun-Hiiki partió al sur, para proseguir con su misión dirigiéndose a Ginastura, un pueblo campesino.

Luego de dos días de camino y una noche junto a un anciano del que desconfiaban como lo hacían de cada persona nueva que se les acercaba, llegaron al arrasado pueblo de Ginasutra, muchas casas quemadas y ni un solo habitante presenciaba el fin de una antiguo pueblo enfocado al cultivo de arroz y granola. Pocas pistas se encontraron, sólo un rastro carretas el último día de las lluvias.

Dos días más de viaje, y pasando por las ruinas del antiguo y poderoso castillo Escorpión Shosuro no Shiro, llegaron a Shimomuru otro poblado campesino. Fueron recibidos de muy buena manera por los pobladores convencidos incluso de utilizar la casa de uno de los campesinos que marchaban a los campos de cultivo. El día lo pasaron revisando los trabajos e investigando por algo que les llamara la atención pero nada de eso sucedió.

Pasado de medianoche, cuando los samurai dormían en la casa del campesino sonó la puerta, Aoshi se levantó para ver quién era. Un anciano junto a 10 samurai ronin estaban fuera de la casa.

- Veo que es verdad, ustedes son muy jóvenes. Están detenidos, por favor acompáñennos. – dijo el anciano, tenía baja estatura y una túnica color gris, en sus ojos serios se lograba ver la indiferencia e incluso el desprecio a los samurai que estaban en la casa.

Mientras hablaba, Haruko e Itachi se colocaron la coraza y un par de partes más de la armadura preparándose para la escaramuza. Itachi salió por atrás de la casa y vió al anciano del camino, con un bo en la mano y una luna creciente tatuada en el brazo que, poniendo su índice en sus labios para silenciar a Itachi desapareció en la oscuridad.

- Me sirven igual vivos que muertos – dijo el anciano

- ¿Quién eres y porqué nos detienes? – habló Aoshi intentando ganar tiempo suficiente para que sus camaradas se alistaran.

Haciendo un gesto con la mano el anciano gritó – Adelante! –

- Hai Karita-sama – respondieron al unísono los 10 ronin y se lanzaron a atacar.

Los samurai hirieron casi de muerte a 6 ronin, golpes de bo dejaron inconciente a 4 y 2 flechas de Itachi casi arrebataron la vida de Karita de sus manos. El terminó de la escaramuza fue marcado por la ceremonia improvizada de seppukku de 5 ronin heridos, uno prefirió seguir con vida y dar información a cambio de esta. Dió información vital al Koun-Hiiki para entrever que sucedía. Karita se encargaba de llevar cuerpos vivos o muertos para incrementar las filas del peligroso shugenja Escorpión Yogo Junzo, mantenía pueblos aterrorizados en busca de más cuerpos, terminó con la vida en Ginasutra y ahora seguía con Shimomuru mientras ganaba ingresos por parte de Ryoko Owari, una gran estrategia que llevaba meses en funcionamiento. Karita fue estabilizado de sus graves heridas por Aoshi, mientras Tora, el anciano, un monje de la Hermandad de Shinsei observaba el desempeño de los samurai.

Cuatro ronin aturdidos en el suelo de Shimomuru seguían tirados en el suelo y lo harían por largo tiempo.

* Kaisha= compañía, liderada por un Chui

Kitsu Ikemi, Sodan Senzo del León
Matsu Mokishi, Gunso Bushi del LeónKarita, heraldo de Yogo JunzoTora, Monje de la Hermandad de Shinsei

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