28.9.07

Asalto a Tokige, 2da parte


- Esos samurai nos seguirán – dijo Yogo Abunai mientras los cinco Escorpiones salían de Tokige.

- Supongo, mejor cambiar el rumbo por ahora, subamos por esa roca, descendermos a los valles – respondió un shugenja del grupo.

Veinte minutos después avanzaban hacia el sur, saliendo de la Cordillera de la Espina del Mundo hacia las ex-tierras del Escorpión.

- ¡Alto! hay una marca en ese árbol- dijo Bayushi Togetsu bajándose del caballo, seguido de Bayushi Yoma el líder del grupo y luego por los otros tres.

Mientras se acercaban al árbol, Soshi Dengu se alejaba del grupo, distraído con algo.

- ¡Ninja! A lo… - gritó Yoma mientras se desplomaba en el suelo junto a Togetsu.

Al escuchar esto, Abunai avanzó hasta su líder caído y le quitó de las manos el bolso de tela con el pergamino dentro, al voltearse vio a los caballos absolutamente encabritados corriendo. Comenzó a correr para proteger el pergamino de quiénes estaban por ahí y no podía ver a simple vista, mientras avanzaba vio el cadáver de Dengu colgado de un árbol. Sentía los pasos del shugenja Bayushi Enai corriendo tras él cuando se desplomo de frente.
Enai vio a su compañero caer mientras huían con el pergamino, lo recogió de las manos inertes de Abunai y siguió corriendo. Hasta que ya no pudo más, sentía la mente perdida y sólo podía oír la sangre agolpándose en su cabeza, se sentó aferrado a la bolsa.
Las sombras se acercaron al cadáver de Enai y sacaron el pergamino de su bolsa.

***

En la trampilla tan sólo había un estante con pergaminos de extraña escritura, en el mueble estaba grabado el nombre “Goju”, apellido de la antigua y desaparecida familia del Escorpión.
Mientras el grupo revisaba estos textos al pueblo llegaron tres yoriki enviados a ver que ocurría en el pueblo y volver pronto con noticias, entre estos estaba Kakita Morihei. Se decidió volver a informar sobre lo ocurrido, los heridos y dos yoriki se quedarían en el pueblo hasta que todo se calmara y se recuperaran.
De vuelta partieron los arqueros Unicornio, los bushi León, Dragón y Grulla junto al Yoriki y la Shiotome. Volvieron por el mismo lugar por el que habían llegado, por un terreno complejo pero rápido.
En el camino se toparon con dos cadáveres de Escorpión en un árbol, los mismos que habían salido del pueblo. Más adelante uno colgado del cuello a un árbol por un hilo muy delgado, ya atentos y con las armas desenfundadas siguieron avanzando para encontrarse con otros dos cuerpos. Los cinco que habían salido de Tokige estaban muertos.
En cosa de minutos notaron que personas caminaban hacia ellos, seres parecidos a los vistos en la cueva de Torasada, cuerpos sin alma ni mente que avanzaban hacia ellos. Primero treinta por el frente, luego treinta por detrás; estaban rodeados. Los expertos en arco subieron a una pequeña meseta para disparar los dardos mientras el León, el Yoriki y el Dragón iban a encarar a sus enemigos. (criaturas en shinomen)
El golpe de los seres era terrible a pesar que estaban desarmados, el daño que hacían con sus manos era muy superior al normal. Tras la trágica muerte del León a manos de los seres, se logro ver una gran más de al menos 300 de estos seudo-muertos-vivos corriendo en dirección al grupo.
Grandes tambores hacían resonar su ritmo en las montañas, algo se acercaba, un pequeño ejército. El mon del Cangrejo apareció entre las grandes rocas y sus gritos de batalla inundaron el valle en el que los samurai combatían. Estandartes Hida y Hiruma hacían avanzar a sus soldados al centro del valle, donde se concentraba la mayor cantidad de esas atroces criaturas.
El Koun-Hiiki avanzó como uno sólo y venció. Haruko se debatió en un duelo personal contra una de esas cosas a pesar de tener graves cortes, debido a las heridas anteriores Itachi y Aoshi quedaron muy heridos.
El líder de la facción Hida, el Chui Hida Yukinaga, personalmente se encargó de ayudar a Aoshi a volver prestándole su caballo. Al lado del teniente Hida, se encontraba el encargado de la facción Hiruma, Hiruma Kenshin, muy preocupado por la nula efectividad del jade en los seres combatidos.


Ya de vuelta, en el campamento Kakita Toshimoko se acercó a los heridos y al grupo del Koun-Hiiki les dijo que necesitaba hablar con ellos.

***

Kachiko estaba en la habitación junto a Toshimoko, el Campeón Esmeralda. Con un pergamino gris dentro de una bolsa de tela en sus manos.

“Cerca de la sexta centuria del Imperio Esmeralda el hijo de Hantei X, nacido como Hantei Jama, huyó a Tierras Sombrías a buscar poder para vengarse del Imperio que lo perjudicó.
Años después volvió como Iuchiban, fiel seguidor de Fu Leng y shugenja de sus artes oscuras, el más grande seguidor del Oscuro. Iuchiban casi destruye por completo al Imperio.
Iuchiban tenía un segundo al mando, el shugenja corrupto Kuni Nakanu, que contaba con cinco generales corruptos: los bushi Yogo Banta, Otomo Yoshi, Otaku Sakura, Fujio y Shira no Oni. Nakanu les otorgó un gran poder ligando su sangre a la de afamados héroes del Imperio.
Para realizar esta tarea debió conseguir mucha sangre de los bushi Doji Noeru, Akodo Karasu, Bayushi Tomei, Shiba Shimizu y Hida Tenburo (Campeón del Cangrejo) y fusionarla a sus seguidores ligándolos en parejas. Si uno moría el otro obtendría un gran poder sólo soportable por un cadáver. Un excelente negocio para un shugenja del maho. Cada uno tenía su alma pero compartían la misma sangre, que hacía que el vínculo fuese para toda la vida.
Ustedes estuvieron muy expuestos a la corrupción y a los pergaminos Negros y los de Nakanu, es muy probable que hayan sido posibles objetivos de Yori para levantar a sus generales. El rito necesita la adaptación especial de la sangre al maho, como pudo suceder con los pergaminos, y luego extracción de mucha sangre del cuerpo para finalizarlo.
El pergamino que está en mis manos es el quinto, sirve para levantar al quinto general… el líder; y nos indicará quién ha sido ligado, ya que sólo ellos pueden tocarlos sin consecuencia alguna.”

Kachiko extendió el pergamino a Morihei, este lo tomo sintiendo una leve sensación en su mente, nada más. Él era uno de los cinco, su sangre había sido atada a alguien de Tierras Sombrías. Luego fue turno de Haruko, sintió un mareo que la derrumbó, al igual que a Itachi. Finalmente Aoshi lo toco y nada pasó. Él también había sido ligado.

-No es mucho lo que sabemos de esos pergaminos, pero si que es de vital importancia que sus vidas no sean arriesgadas innecesariamente, si ustedes mueren ellos heredarían un gran poder. – dijo Toshimoko hablando a Morihei y Aoshi.- Y si los generales de Yori mueren…- intervino Kachiko- sólo existe una salida.

- Si por ahora, se refugiaran en la capital, hasta averiguar más sobre el asunto…los cuatro. – finalizó Toshimoko.


Hida Yukinaga, Chui del Cangrejo

Hiruma Kenshin, Chui del Cangrejo

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