28.9.07

UN AÑO EN LA CAPITAL

Mientras transcurría el año en que el Koun-Hiiki permaneció en la capital al cuidado de yojimbos imperiales.


- Kakita Toshimoko se suicida dejando su armadura y un haiku de despedida al borde de los acantilados cerca del palacio Kakita. Shinjo Shirasu queda a cargo del puesto momentáneamente.

- Bayushi Aramasu hijo de Bayushi Aramoro y Yogo Asami, es entregado a la Mantis a cambio de que ésta cuide bien sus tierras.

- Muere Hida Kisada luego de una larga agonía.

- El Clan del Unicornio toma Ryoko Owari Toshi, ciudad del juego.

- Clanes Menores entran en Guerra

- El Clan del Cangrejo toma Shiro Hiruma con ayuda de las Nagas y algunos Nezumi.

- La Naga abandona al Cangrejo dejándolo sólo defendiendo dos frentes: Shiro Hiruma bajo constantes ataques de Tierras Sombrías y la Muralla Kaiu en plena reconstrucción y severos ataques.

- Kuni Yori asedia Shiro Hiruma junto a sus Fuerzas Corruptas.

- Se conocen los Kikage-Zumi. Monjes bélicos reemplazantes a los Ise-Zumi, ahora al servicio de Hitomi.

- Torneo del Campeón de Jade. La final es entre Iuchi Karasu (Daimyo de la familia Iuchi) y Kitsu Okura (Anteriormente Akodo Okura, primo de Toturi I). Kitsu Okura vence y ostenta el puesto Campeón de Jade y mejor shugenja del Imperio.


Hida Kisada, anterior Campeón del Clan del Cangrejo

Shiro Hiruma bajo asedio

Kuni Yori, líder de las Tierras Sombrías

Kikage-Zumi, monjes de Hitomi que llevan su nombre. Monjes especializados en el ataque con tatuajes hechos con sangre.

Kitsu Okura, Campeón de Jade

Asalto a Tokige, 2da parte


- Esos samurai nos seguirán – dijo Yogo Abunai mientras los cinco Escorpiones salían de Tokige.

- Supongo, mejor cambiar el rumbo por ahora, subamos por esa roca, descendermos a los valles – respondió un shugenja del grupo.

Veinte minutos después avanzaban hacia el sur, saliendo de la Cordillera de la Espina del Mundo hacia las ex-tierras del Escorpión.

- ¡Alto! hay una marca en ese árbol- dijo Bayushi Togetsu bajándose del caballo, seguido de Bayushi Yoma el líder del grupo y luego por los otros tres.

Mientras se acercaban al árbol, Soshi Dengu se alejaba del grupo, distraído con algo.

- ¡Ninja! A lo… - gritó Yoma mientras se desplomaba en el suelo junto a Togetsu.

Al escuchar esto, Abunai avanzó hasta su líder caído y le quitó de las manos el bolso de tela con el pergamino dentro, al voltearse vio a los caballos absolutamente encabritados corriendo. Comenzó a correr para proteger el pergamino de quiénes estaban por ahí y no podía ver a simple vista, mientras avanzaba vio el cadáver de Dengu colgado de un árbol. Sentía los pasos del shugenja Bayushi Enai corriendo tras él cuando se desplomo de frente.
Enai vio a su compañero caer mientras huían con el pergamino, lo recogió de las manos inertes de Abunai y siguió corriendo. Hasta que ya no pudo más, sentía la mente perdida y sólo podía oír la sangre agolpándose en su cabeza, se sentó aferrado a la bolsa.
Las sombras se acercaron al cadáver de Enai y sacaron el pergamino de su bolsa.

***

En la trampilla tan sólo había un estante con pergaminos de extraña escritura, en el mueble estaba grabado el nombre “Goju”, apellido de la antigua y desaparecida familia del Escorpión.
Mientras el grupo revisaba estos textos al pueblo llegaron tres yoriki enviados a ver que ocurría en el pueblo y volver pronto con noticias, entre estos estaba Kakita Morihei. Se decidió volver a informar sobre lo ocurrido, los heridos y dos yoriki se quedarían en el pueblo hasta que todo se calmara y se recuperaran.
De vuelta partieron los arqueros Unicornio, los bushi León, Dragón y Grulla junto al Yoriki y la Shiotome. Volvieron por el mismo lugar por el que habían llegado, por un terreno complejo pero rápido.
En el camino se toparon con dos cadáveres de Escorpión en un árbol, los mismos que habían salido del pueblo. Más adelante uno colgado del cuello a un árbol por un hilo muy delgado, ya atentos y con las armas desenfundadas siguieron avanzando para encontrarse con otros dos cuerpos. Los cinco que habían salido de Tokige estaban muertos.
En cosa de minutos notaron que personas caminaban hacia ellos, seres parecidos a los vistos en la cueva de Torasada, cuerpos sin alma ni mente que avanzaban hacia ellos. Primero treinta por el frente, luego treinta por detrás; estaban rodeados. Los expertos en arco subieron a una pequeña meseta para disparar los dardos mientras el León, el Yoriki y el Dragón iban a encarar a sus enemigos. (criaturas en shinomen)
El golpe de los seres era terrible a pesar que estaban desarmados, el daño que hacían con sus manos era muy superior al normal. Tras la trágica muerte del León a manos de los seres, se logro ver una gran más de al menos 300 de estos seudo-muertos-vivos corriendo en dirección al grupo.
Grandes tambores hacían resonar su ritmo en las montañas, algo se acercaba, un pequeño ejército. El mon del Cangrejo apareció entre las grandes rocas y sus gritos de batalla inundaron el valle en el que los samurai combatían. Estandartes Hida y Hiruma hacían avanzar a sus soldados al centro del valle, donde se concentraba la mayor cantidad de esas atroces criaturas.
El Koun-Hiiki avanzó como uno sólo y venció. Haruko se debatió en un duelo personal contra una de esas cosas a pesar de tener graves cortes, debido a las heridas anteriores Itachi y Aoshi quedaron muy heridos.
El líder de la facción Hida, el Chui Hida Yukinaga, personalmente se encargó de ayudar a Aoshi a volver prestándole su caballo. Al lado del teniente Hida, se encontraba el encargado de la facción Hiruma, Hiruma Kenshin, muy preocupado por la nula efectividad del jade en los seres combatidos.


Ya de vuelta, en el campamento Kakita Toshimoko se acercó a los heridos y al grupo del Koun-Hiiki les dijo que necesitaba hablar con ellos.

***

Kachiko estaba en la habitación junto a Toshimoko, el Campeón Esmeralda. Con un pergamino gris dentro de una bolsa de tela en sus manos.

“Cerca de la sexta centuria del Imperio Esmeralda el hijo de Hantei X, nacido como Hantei Jama, huyó a Tierras Sombrías a buscar poder para vengarse del Imperio que lo perjudicó.
Años después volvió como Iuchiban, fiel seguidor de Fu Leng y shugenja de sus artes oscuras, el más grande seguidor del Oscuro. Iuchiban casi destruye por completo al Imperio.
Iuchiban tenía un segundo al mando, el shugenja corrupto Kuni Nakanu, que contaba con cinco generales corruptos: los bushi Yogo Banta, Otomo Yoshi, Otaku Sakura, Fujio y Shira no Oni. Nakanu les otorgó un gran poder ligando su sangre a la de afamados héroes del Imperio.
Para realizar esta tarea debió conseguir mucha sangre de los bushi Doji Noeru, Akodo Karasu, Bayushi Tomei, Shiba Shimizu y Hida Tenburo (Campeón del Cangrejo) y fusionarla a sus seguidores ligándolos en parejas. Si uno moría el otro obtendría un gran poder sólo soportable por un cadáver. Un excelente negocio para un shugenja del maho. Cada uno tenía su alma pero compartían la misma sangre, que hacía que el vínculo fuese para toda la vida.
Ustedes estuvieron muy expuestos a la corrupción y a los pergaminos Negros y los de Nakanu, es muy probable que hayan sido posibles objetivos de Yori para levantar a sus generales. El rito necesita la adaptación especial de la sangre al maho, como pudo suceder con los pergaminos, y luego extracción de mucha sangre del cuerpo para finalizarlo.
El pergamino que está en mis manos es el quinto, sirve para levantar al quinto general… el líder; y nos indicará quién ha sido ligado, ya que sólo ellos pueden tocarlos sin consecuencia alguna.”

Kachiko extendió el pergamino a Morihei, este lo tomo sintiendo una leve sensación en su mente, nada más. Él era uno de los cinco, su sangre había sido atada a alguien de Tierras Sombrías. Luego fue turno de Haruko, sintió un mareo que la derrumbó, al igual que a Itachi. Finalmente Aoshi lo toco y nada pasó. Él también había sido ligado.

-No es mucho lo que sabemos de esos pergaminos, pero si que es de vital importancia que sus vidas no sean arriesgadas innecesariamente, si ustedes mueren ellos heredarían un gran poder. – dijo Toshimoko hablando a Morihei y Aoshi.- Y si los generales de Yori mueren…- intervino Kachiko- sólo existe una salida.

- Si por ahora, se refugiaran en la capital, hasta averiguar más sobre el asunto…los cuatro. – finalizó Toshimoko.


Hida Yukinaga, Chui del Cangrejo

Hiruma Kenshin, Chui del Cangrejo

5.9.07

Asalto a Tokige

Un mes después de la desaparición de Toturi I y la sentencia de exilio del Clan Escorpión, 5 mil soldados de los 7 clanes e imperiales se hicieron presentes en las tierras de los Bayushi para supervisar el exilio definitivo del clan.

Alrededor de 600 soldados se fueron bordeando el bosque Shinomen para supervisar el sector sur. Seiscientos también se fueron por el sector montañosos de la cordillera central de la Espina del Mundo, entre estos estaban Kakita Itachi, Oyaku Haruko y Mirumoto Aoshi. En el sector central de las tierras Escorpión fue ocupado poco a poco por fuerzas Esmeralda, entre estos estaba… Kakita Morihei (pronúnciese Kak’ta Mmóri’jei).

Pocos días después, mientras el exilio continuaba, de las montañas comenzaron a bajar soldados imperiales volviendo de inspecciones internas de las montañas, entre los que llegan llega uno herido. Minutos después, el encargado del sector montañoso, el Shireikan Shinjo Kai, se hace presente en un campamento de soldados.

- Tú, tú … y tú…. me pueden ayudar.
- Hai! – dijo Aoshi junto a sus compañeros.
- Tomen diez voluntarios y marchen hacia las montañas, hay un pueblo que se resiste, solucionen ese problema. Se llama Tokige.
- Hai!!


Luego de una conversación decidieron llevar a:

Horiuchi Ono, Shugenja del Unicornio (1)
Kitsu Denkai, Shugenja del León (2)
Yoritomo Abe, Bushi de la Mantis (2)
Yoritomo Tsankige, Bushi de la Mantis (1)
Matsu Nahoki, Bushi del León (1)
Ikoma Takanobu, Bushi del León (1)
Daidoji Tenkai, Bushi de la Grulla (1)
Doji Norutabe, Bushi de la Grulla (1)
Shinjo Kwang, Bushi arquero del Unicornio (1)
Shinjo Watahide, Bushi arquero del Unicornio (1)

Antes de la medianoche comenzaron el camino a Tokige.

Las montañas era secas y por supuesto…cada vez más escarpadas. Avanzaron durante dos horas hasta llegar a una meseta, que no fue simple de subir, sobretodo para Takanobu. Horas mas tarde tomaron un descanso. A la 1 de la tarde podían ver el pueblo a lo lejos.

Al ir acercándose 2 samurai del Escorpión salieron a su encuentro sobre sus caballos.


- Bienvenidos a Tokige – dijo el de mayor rango, ya con cabellos blancos
-
Buenos días- dijo Haruko, la líder del grupo
- Buenas Tardes- corrigió el Escorpión
- Buenas tardes, venimos por orden imperial a desalojar el pueblo de Escorpiones, lo haremos a cualquier costo. – dijo Haruko
- Nosotros no podemos dejar la ciudad aún, fuimos encomendados a cuidar algo y debemos hacerlo hasta que nuestra misión acabe, luego de eso nos iremos. Si lo desean pueden ser nuestros huéspedes mientras tanto, esperamos que no sea mucho. – respondió el líder Escorpión, mientras volteaba para volver al pueblo.
- Hey! – dijo una misteriosa voz mientras el Escorpión miraba hacia el grupo de samurai recién llegados. – ¿¿¿ y que es lo que guardan que es tan importante ??? – preguntó Aoshi, mientras los Escorpiones volvían al pueblo.


Tokige era un pueblo pequeño, con una tosca empalizada y cinco bajas torres de vigilancia, la parte de atrás estaba protegida por un alto muro de roca que era parte de una montaña.

Los samurai planearon durante mucho tiempo como proceder:

- Esperar la noche.
- Hacerlos salir del pueblo con fuego.
- Utilizar los hechizos para esconderse.
- Buscar gente escondida fuera del pueblo.
- Buscar gente escondida con fuego.
- Utilizar hechizos en la noche.
- Esperar a esconderse.
- Hacerlos salir para esconderse.
- Buscar noche para utilizar gente escondida.
- Hacerlos esconder con fuego.
- Utilizar la noche para hacer fuego.
-
Etc, etc.

Un inesperado ataque de ninjas dejo muertos a Kitsu Denkai y a Yoritomo Abe, los de mayor rango del grupo de voluntarios. Además de eso cuatro soldados quedaron heridos de consideración: Yoritomo Tsankige, Matsu Nahoki, Ikoma Takanobu y Daidoji Tenkai. En plena batalla hubo explosiones en el pueblo, y salieron 3 samurai a caballo a todo galope, luego de avanzado un poco de camino se devolvieron al pueblo, en el camino de vuelta fueron recibidos por Horiuchi Ono, Doji Norutabe y Mirumoto Aoshi. Uno cayó por acción del shugenja y otro fue herido por Aoshi y los Unicornio, pero dos lograron entrar.

Dentro del pueblo habia una escaramuza entre Escorpiones y ninjas. Un rayo cayó sobre Itachi, una bola de fuego cayó sobre Haruko, Escorpiones y ninjas murieron.

El grupo estaba herido, dos habían muerto, uno agoinizaba en el suelo, cinco estaban con lesiones considerables, un electrocutado, una quemada.

Luego de terminada la pelea, los heimin que estaban escondidos salieron en defensa del pueblo, tras ellos 3 bushi y 2 shugenja montados avanzaron.

- Nos vamos, ya no esta lo que debíamos cuidar.

Luego se marcharon.
Después de hacer una revisión del pueblo Itachi encontró dentro de una casa, una trampilla…



Shugenja Escorpión al sentir una flacha en el costado exclamó - Nani?

Horiuchi Ono al ver que un samurai en caballo con un yari en la mano venía hacia él... - nani???


Kitsu Denkai al sentir ninjas alrededor dijo - Nani??




Kistu Denkai al sentir los shuriken en su espalda... - Na ... na.. na .. nnn..i??



* Nani?? = Qué??

Desaparecido!

No fue difícil para los tres acabar con el par de ninjas que se les acercaban, sólo unas pocas en Morihei delataban que había sucedido. Cuando hubo más calma Morihei fue por Aoshi, que había bajado hacía mucho tiempo y no daba señales.

Mientras tanto Haruko salió de la cueva para asegurar la posición. Al salir, había alrededor de 30 ninjas esperándolos, la Unicornio retrocedió en busca de Itachi, protegerían la entrada.

Morihei descendió por al pozo de excretos y caminando entre esa porquería encontrándose con la León y los Escorpiones demacrados, no había ninguna señal de Aoshi. Morihei decidió atacar con su arco apuntando al más cercano…fue inútil, los reflejos de estos entes, que antes fueran humanos normales, eran demasiado veloces. Se abalanzaron sobre Morihei.

Los ninjas de la entrada de la cueva comenzaron a entrar, pero eran demasiados y muy ágiles, se lanzaron sobre los samurai asfixiándolos hasta la inconciencia. Luego los arrastraron a través del pozo de excrementos hasta una cueva pequeña donde se encontraban los cuerpos sin sentido de Aoshi y Morihei.

Naishime se acercó a ellos, él hace muchos años había sido un fiel heimin de un prominente daimyo León hasta que encontró algo que no debía, ahora era un cuerpo vacío con una mente manipulada. Se acercó a los cuerpos nuevos y les tocó las cabezas, como lo había hecho previamente con Aoshi y Morihei.


Sería imposible saber cuanto tiempo llevaba ahí de pie, pensando en algo que ya no recordaba, no veía nada, no había cielo ni tierra, ni frío ni calor, ninguna sensación. De pronto vió una llanura y estaba en el cuerpo de otro samurai de un clan distinto, minutos después en otro sobre un caballo, luego en el cuerpo de un cortesano, luego en un cangrejo con un tetsubo al hombro en Shiro Hiruma, y así muchas veces; de repente se acabó y volvió donde estaba. Era como estar en la nada. Al avanzar vio una figura a lo lejos que miraba en su dirección. Y avanzó hasta ella, era Naishime.

Naishime se lanzó contra Morihei con garras en sus manos para desgarrar su carne antes de que los otros sacaran sus katanas, pero fue muy lento. Naishime jamás esperó que cuatro samurai estuvieran ahí al mismo tiempo, sabía que podría ser su fin ya que mientras más personas estaban menos poder tenía, con dos golpes murió.

El Koun-Hiiki despertó en un lugar oscuro, sus ropas estaban manchadas aún, era un lugar de piedra. Avanzaron, subieron escaleras y encontraron luz. Levantando una pesada lapida salieron de una catacumba con el mon Kitsu, subieron varios pisos por escaleras de piedra, hasta lograron salir al interior de la fortaleza de Kensou Gaka.

Al ser encontrados fueron limpiados y atendidos y luego, expulsados del territorio León. Algo había sucedido.


***


Al parecer el Emperador había sido asesinado.
En el cambio de guardia de su ala del palacio Imperial fueron encontrados muertos todos los guardias apuñalados y su habitación vacía, llena de sangre por muchas partes.
Un contingente del ejército León marchaba hacia la capital.
El Unicornio también mandaba apoyo.

Luego de reuniones entre clanes, presiones de corte, exigencias de favores antiguos, evidencias y cero apoyo de otros clanes, el Clan Escorpión fue culpado de un nuevo regicidio y se le exigió a Takuan y Kakita Toshimoko que los sentenciaran. El canciller de Rokugan que quedo al mando del Imperio transitoriamente dejó a cargo de esto al Campeón Esmeralda, el primer encargado de impartir justicia del Imperio luego del Emperador.

Toshimoko nunca había confiado en el Escorpión, pero ahora no veía al Escorpión con razones de haber asesinado a Toturi I. Se abstuvo de la peor sentencia y decidió exiliarlos. Hubo alegatos de los clanes, por lo que se comprometió a asegurarse que fuese real el exilio y supervisarlo personalmente. Además de entregar a todos los niños menores de 12 años al Clan de la Grulla, para evitar acciones posteriores del Escorpión. Toshimoko sabía que los niños no sobrevivirían un viaje tan terrible como el que el Clan Escorpión estaba apunto de hacer.

Ahora más de un clan ve las tierras perdidas del Escorpión con ojos avariciosos.

31.8.07

Torasada

“Mirumoto Aoshi del Clan del Dragón…

Dada mi nueva posición en el orden celestial se me ha encomendado una tarea en tierras del León y he debido conseguir un grupo diverso. Cuento contigo para esta tarea dado el pasado recorrido y tus diversas habilidades mostradas en batalla. Nos encontramos en la ciudad de Kensou Gaka, 15 días después de entregado este mensaje.

Busquen información sobre “Torasada”… sean discretos.


Yoriki Kakita Morihei
Así es, el gran Kakita Morihei.”


El mensaje llegó a manos de Aoshi mientras observaba las bastas planicies de la familia Mirumoto.
Una similar llegó a manos de Kakita Itachi, profesor del dojo de kenjutsu de la familia Kakita.
Otro mensaje igual llegó a Otaku Haruko mientras volvía de un patrullaje en las llanuras del Unicornio.

Días después los 3 samurai se encontraban en la ciudad de Kensou Gaka, en las tierras del León, cercana a Shiro Matéu al lado de las montañas. Los 3 compañeros se encontraron y se saludaron afectuosamente y se pusieron al día…hace más de un año que no hablaban. Mientras conversaban en la calle un sonido angelical y un brillo magnifico iluminó la calle, al girar sus cabezas lograron ver una armadura plateada con ribetes azules cubierta de una capa verde esmeralda montada sobre un magnifico corcel blanco… así es… era Kakita Morihei, nombrado recientemente yoriki a cargo del Magistrado Esmeralda Doji Nobushige.

En la capital se encontró a un personaje sospechoso que probablemente atentaría contra la seguridad del Imperio, lo único de información que le sacaron fue la palabra…Torasada. Además descubrieron que el sujeto provenía de Kensou Gaka.

Buscaron a “Torasada” en el fuerte, en la biblioteca, en conversaciones ajenas de otros samurai, en el cementerio, en la casa de té, en la posada, en el templo de monjes…ahí luego de una pequeña conversación Aoshi descubrió que Torasada no era una persona sino que una fortuna, la fortuna menor de la comprensión. Luego de esto hicieron más y más, y más, y más preguntas a los monjes hasta que decidieron ir a un pequeño lugar donde se le rendía homenaje a Torasada, un lugar ahora abandonado ya que hace años fue saqueado por el Clan Escorpión.

El lugar quedaba sólo a cuatro horas de camino hacia el sur, donde había que internarse en las montañas para acceder. El hito era una piedra cuadrada son el kanji de la comprensión, quedaba en la cima de un saliente de las montañas interiores, desde ahí se podían ver las grandes masas de rocas hacia el sur y hacia el norte la fortaleza y planicies del León. Desde ese lugar se veía un pequeño pueblo presumiblemente arrasado años atrás, la mitad estaba quemado en el suelo. El grupo entes conocido como Koun-Hiiki comenzó el descenso para acercarse al pueblo muerto.

Luego de revisar algunas casas notaron que hace poco habían sido usadas como refugio y huellas había recientes que salían de la calle principal. Al seguir las huellas unos momentos llegaban a un sector de espeso bosque, Haruko notó que algo se movía en las ramas superiores y salió en su búsqueda. Al llegar no había nada más que una gran madriguera en el suelo, una especie de cueva de 2 metros de diámetro que descendía al corazón de la tierra.

Aoshi observó unas extrañas marcas a la entrada de la cueva, parecidas a…

Haruko observó a su alrededor, mirando el follaje de los árboles que escondían la entrada, buscando algo como…

Itachi revisaba las huellas, las pisadas eran como de…

Morihei lanzó una piedra dentro de la cueva.

Sin más remedio que entrar, el grupo avanzó con Aoshi a la cabeza con la única antorcha que tenían, avanzaron varios metros dentro de la oscuridad, hasta que si no es por los reflejos de Haruko Aoshi cae a un desagradable hoyo. Al final del túnel había un gran pozo de agua con lo que parecían excrementos. Luego de meditarlo Aoshi decide descender al pozo y averiguar que había en el…a parte del estiércol!

Con la inmundicia hasta los muslos Aoshi descubrió un pequeño pasillo por el que debía caminar curvando la espalda, este camino lo llevó a tierra relativamente limpia. En ella encontró a 3 samurai: dos escorpiones sin máscara y un león. Estos parecían llevar mucho tiempo en este lugar, sus ojos estaban perdidos en la nada, su ropa ajada, lo que quedaba de sus armaduras hecha basura, la piel pálida casi sin vida y estaban cubiertos por su propia porquería!

Mientras tanto en el otro extremo de la cueva los tres samurai que no bajaron esperaban que Aoshi volviera. Pasados unos minutos Itachi siente un sonido atrás suyo y luego un frío que recorrió toda su espalda, al voltear vio a dos ninjas que entraban en su dirección con el ninja-to en la mano.

Al avanzar un poco más Aoshi pudo ver un cuerpo avanzando hacia él, un cuerpo de un hombre desnudo con largas uñas en un estado similar al de los otros tres.

Magistrado Esmeralda Doji Nobushige


22.8.07

PRIMER AÑO DE TOTURI I


Tras más de un año a la cabeza del ahora, Impero de Jade, el Emperador Toturi I ha hecho un excelente trabajo reconstruyendo lo que un día estuvo a punto de perderse para siempre. Los Clanes se han vuelto a organizar y la prosperidad empieza a florecer. Los eventos sucedidos desde principios del año 1129 hasta mediados de 1130 son:

- Toturi I designa como consejeros a Ide Tadaji y Kakita Yoshi.
- Toturi I designa al Ronin Takuan como su canciller.
- Toturi I crea el Clan menor del Mono a cargo de Toku, un ex-Ronin.
- Otaku Kamoko deja el liderazgo de su familia y se va sin decir donde.
- El Cangrejo celebra un torneo para entregar la mano de Hida O-Ushi la hija menor de Hida Kisada y hermana del actual Campeón del Cangrejo Hida Yakamo. El ganador es Shinjo Yasamura, hijo del Campeón del Unicornio. Yasamura pertenece es ahora el líder de la caballería Cangrejo y se cambia el nombre a Hida Yasamura.
- Hitomi elimina a la familia Togashi y la cambia a Hitomi. Muchos monjes Ise-zumi dejan las tierras del Dragón.
- La Naga va a la muralla para apoyar al Cangrejo.

1.2.07

El 2º Día del Trueno

Perdidos


Haruko, Itachi y Morihei se encontraron en Otosan Uchi a la espera de la audiencia con la emperatriz. Antes de eso, Itachi se reunió con Kakita Yoshi, daimyo de los Kakita. Durante la corta estadía los compañeros se enteraron de que la emperatriz había mandado a llamar a distintos grupos peculiares de todo Rokugan. La reunión se realizó un domingo por la mañana, y en la antesala, se encontraron con el otro grupo de favoritos de las fortunas que ya habían conocido, que salía de su reunión, pero con un nuevo integrante: Aoshi. Este les comentó que Moto Sho había perecido, y ahora Aoshi debía acompañar al grupo integrado por Mirumoto Daigo, Doji Koniji y Shiba Gaijutsu a la muralla norte, por lo que el Koun-Hikii debió separarse.

La audiencia fue breve, con carácter confidencial, en representación de la emperatriz Otomo Genzo recibió al grupo, y le explicó el motivo del llamado: por la difícil situación económica que atraviesa el Imperio, se buscó el apoyo de una comunidad que habita en una isla al norte del territorio Mantis, que vive muy alejada de la vida de Rokugan. Esta gente había recaudado muchos recursos cuando era permitido comerciar con gaijin. Ellos aceptaron, con la condición de conocer a los bendecidos por las fortunas, por lo que se le pedía al grupo que visitara la alejada isla, para que el imperio pudiera recibir tan apreciada ayuda.

Los compañeros aceptaron la misión encomendada y fueron llevados de inmediato por una embarcación esmeralda hacia la isla.

En alta mar, el capitán y Morihei divisaron una flota de 50 barcos con mon del Cangrejo y el Innombrable que se dirigía hacia Otosan Uchi. Morihei pidió que se diera aviso, pero el capitán se negó, tenía órdenes de transportar al grupo.

El viaje transcurrió con cierto retraso, porque debieron atravesar una tormenta. Finalmente llegaron a la isla y fueron recibidos por dos personas en un pequeño muelle, y dirigidos hacia el castillo.

La recepción hacia el grupo fue amable, sin mayores protocolos, y pasaron poco más de dos semanas en las que los samurais conocieron a la gente de esta aldea. El pueblo era de alrededor de 50 personas, que vivían todas en el castillo y compartían los quehaceres de manera muy distinta que en Rokugan. Los samuráis pudieron pasear por la isla (los paseos privados de Morihei se hicieron más bien continuos junto a Hotaru Shizu), y dedicarse a meditar y orar a las fortunas. Diariamente se reunían a conversar sobre las fortunas con el jefe del pueblo,Taka Morobu, intercambiando puntos de vista.

Semanas después los samurai despertaron y no había movimiento en el palacio. Recorrieron los alrededores y no andaba nadie. Ya alarmados, fueron a las habitaciones: todos los habitantes habían sido asesinados durante la noche, con agujas ninja en el cuello, a excepción del jefe, que había sido asesinado por una katana.

Buscaron las pistas de los asesinos dieron con una lugar alejado donde habían huellas de que había llegado una embarcación pequeña, de donde había bajado un solo tripulante. Las huellas marcaban un camino ida y vuelta al castillo, trepando árboles a través del bosque.

Recorriendo el castillo buscando alguna señal del atacante, encontraron el lugar donde se encontraban las riquezas del pueblo, era una bóveda llena de elementos preciosos muchos de los cuales no pertenecían a la cultura de Rokugan. Después de analizar la situación, y cerciorarse de que el atacante ya se había marchado, el grupo decide armar campamento en el muelle (donde el único barco había sido destruido) a la espera de que regresara la embarcación esmeralda a buscarlos.

Pasaban los días y las semanas y decidieron que no podían esperar más. Con la ayuda de los caballos, lograron sacar del agua la destruida embarcación, y a partir de ella construyeron una precaria balsa en la que zarparon Haruko e Itachi. Morihei se quedó en el muelle, para no malgastar las botellas que le devuelven la visión, no sabían cuánto podía pasar antes de que los rescataran.

Luego de varios días en alta mar, con provisiones para cuatro semanas, Itachi y Haruko se encontraron con una tormenta de varios días. Ya no tenían control de la balsa y se encontraban a la deriva, sus provisiones se estaban acabando cuando notaron que la tormenta los mandaba de vuelta a la isla. Se prepararon para partir de nuevo en un par de días. Luego de varios días de que se habían marchado sus compañeros, Morihei se percató de que se avecinaba una embarcación Mantis. Los Mantis lo rescataron y partieron de inmediato camino a Rokugan, esperando encontrar al otro par. Los encontraron y el grupo, al cabo de casi 6 meses desde su llegada a la isla, fue conducido a un campamento cangrejo. Cangrejo!!!!!??, el grupo no entendía la situación, y el capitán Mantis les explicó que la flota que Morihei había divisado se dirigía a hacer un golpe de estado, y lo logró, pero luego fue expulsado de Otosan Uchi por las fuerzas de tierras sombrías con el innombrable a la cabeza, que había poseído al mismo emperador. Ahora el Cangrejo se había unido a los demás clanes en su batalla contra Fu Leng.

Taka Morobu

Hotaru Shizu


La muerte de Fu Leng




El farol de Kachiko
(Escorpión)

Las sombras se deslizaban por los corredores del Palacio Imperial preparándose para la llegada de los siete Truenos. El Emperador rugía por el palacio como si todos sus preparativos hubiesen fracasado. Donde quiera que mirase, sus guardias estaban muertos o perdidos. Las puertas estaban abiertas y los puentes bajados. Atravesó un panel y encontró a su mujer y la agarró de su kimono, levantándola en el aire.

“¡Tú! ¡Tú eres la causa de todo esto! ¡Te mataré!"

Ella sonrió. “No puedes. Solo cuando los Truenos estén reunidos podrás matarnos. Toda criatura en este mundo tiene reglas que debe seguir y tú no eres una excepción." Miró al Emperador, sus ojos estaban empapados de veneno. “Matarme ahora viola leyes mayores incluso que tu poder."

El Emperador cerró su puño, sus ojos ardían con un fuego negro y su voz hacía retumbar los cimientos mismos del palacio. La lanzó al suelo y se fue. Kachiko permaneció inmóvil durante un momento, después comenzó a temblar debido a la tensión de ocultar su miedo.

“Tenias razón, Yokuni," susurró “Ruego por que te equivoques en lo demás."


Tsuko y Rokugan
(León)

Cuando el ejercito de Toturi llegó a Otosan-Uchi, dos ejércitos León les aguardaban. Uno, dirigido por Ikoma Tsanuri, portaba el estandarte del Emperador, preparado para cumplir sus votos de proteger al Emperador a cualquier precio. El otro, dirigido por Kitsu Motso, portaba el estandarte del León, dispuestos a matar y morir por el Imperio. Bajo su mirada, los ejércitos cargaron uno contra otro con un rugiente lamento. La disciplina acabó convertida en desorden con rapidez y León lucho contra León, sin importar la familia o el bando.

Incapaz de soportar la matanza entre los miembros de su antiguo clan, Toturi se dirigió al centro de la batalla mientras el ejercito de Junzo se dedicaba a mirar y reír. El grito de batalla de Toturi surgió en el medio del combate y un profundo silencio recorrió el campo de batalla. Justo cuando iban a enfrentarse, Tsanuri y Motso se volvieron para mirar a Toturi, y miles de ensangrentados León esperaban una orden – cualquier orden.

Toturi alzó su espada. “¡Por Matsu Tsuko, y por Rokugan!

Tras las sonrisas salvajes de sus tres comandantes, un único ejército se giró hacia el ejercito de Yogo Junzo y el grito de batalla de diez mil Leones resonó en las paredes de Otosan Uchi.


Las dos muertes de Yakamo
(Cangrejo)

Cuando los ejércitos de los clanes se unieron al fin bajo Yakamo y Toturi, el Héroe Cangrejo cargó en vanguardia, su tetsubo y su meno de jade mataban y aplastaban enemigos mientras avanzaban. Pero al final, con el cuerpo magullado y ensangrentado, encontró al Oni que había robado su nombre.

Yakamo contuvo su furia mientras avanzaba hacia la criatura, pero cuando llegó a mirarle, con sus ojos y su rostro, no pudo contenerse más. El duelo fue rápido y a muerte, y justo cuando Yakamo parecía llevar ventaja, la ácida sangre del Oni llegó a sus ojos, cegando dolorosamente al héroe. Se tambaleó hacia atrás, balanceando su tetsubo a ciegas, esperando mantener al oni alejado mientras se recuperaba. Oyó al oni gritar de dolor y, cuando se le aclaró la vista, vio a Mirumoto Hitomi aplastar la cabeza del oni con su mano de obsidiana.

Yakamo se quedó inmóvil, su cuerpo le dolía con cada movimiento. Hitomi esperaba. Yakamo negó con la cabeza, “No puedo permitirme matarte ahora."

“Creía que eras el hijo de Kisada" susurró ella, con su voz llena de odio. “Supongo que es el cobarde que siempre supe que era."

El insulto de Hitomi fué muy efectivo. Yakamo cargó contra ella, pero la Dragón estaba fresca y era demasiado rápida para el herido Cangrejo. Su tetsubo estaba en el suelo, y la hoja de ella en su garganta en un parpadeo. “No te mataré ahora, pero siempre recordarás que pude haberlo hecho."


El Qamar
(Naga)

Mientras los refuerzos de Junzo se aproximaban al palacio Imperial, se encontraban de repente atrapados entre flechas y fuego. Daini y Qamar cargaban contra el ejercito de no-muertos con un batallón de Fénix, dirigidos por Shiba Tsukune. La samurai-ko cargó al frente de su ejercito en cuanto vió al Nigromante que dirigía el ejercito invocar hechizos. Qamar y Daini cargaban contra la masa de los batallones mientras Isha guiaba a los arqueros en una lluvia de flechas para apoyar su carga. Tsukune partió en dos al Nigromante, pero no a tiempo. La energía oscura se disparó y encontró al Campeón Naga. Su piel y ojos se volvieron negras y grises, para luego arrancarse de sus huesos y dejar caer la Lanza ancestral al suelo...

Isha dejó caer su arco y recogió la Lanza. Cuando terminó la batalla y los cuerpos de los muertos fueron lanzados a una gigantesca pira, Daini llamó al Isaha, pero el arquero le corrigió. “Ya no soy el Isha. Ahora soy el Qamar," le dijo

Daini se inclinó con reverencia, comprendiendo. Tsukune le imitó, aunque no lo entendiese. “Debo comunicar a los clanes nuestro éxito" dijo ella al nuevo Qamar.

“Muy bien. Que Shashakar te guie."

El shugenja Naga asintió, apretó una perla con sus dedos y antes de que pudiese agradecerle, Tsukune estaba en el centro de la batalla de Otosan Uchi, viendo como su señor y maestro caía de los muros del Palacio Imperial mientras su cuerpo ardía envuelto el un fuego negro.


El último Maestro
(Fénix)

La noche antes del asalto a Otosan Uchi, Isawa Kaede, lleno de visiones de perdición y oscura profecía, huyó del campamento y se interno en la noche. Habló a Tadaka durante un breve instante, y le contó sus sueños y visiones.

“Me llama" le dijo. Cuando Tadaka le preguntó quién la llamaba, Kaede solo le dijo “El Oráculo. Me llama, Tadaka. Me llama."

Sobre los muros de Otosan Uchi, El Maestro del Fuego esperaba a sus hermanos y hermanas. Al final, su mente había sido devorada por la corrupción que recorría su sangre, y ahora lanzaba negras llamaradas sobre su antiguo clan. Los Maestros de los Elementos, incompletos, intentaron frenar su asalto, pero uno a uno fueron cayendo bajo el corrupto poder de su fuego. Solo Isawa Tadaka tuvo la fuerza para resistir el dolor del fuego, y mientras el Maestro de la Tierra distraía a su primo, Shiba Ujimitsu pudo derribar al Maestro del Fuego.

La sangre de Tsuke era tan negra como la medianoche y quemó a Ujimitsu como si fuese brea ardiendo. El Campeón Fénix gritó mientras caía de los muros como un cometa. Se aferró a la vida lo suficiente para susurrarle siete palabras a Shiba Tsukune, y poner la Espada del Clan en sus manos. Solo entonces murió.

Con un nuevo fuego en sus ojos, ella e Isawa Osugi pusieron en pie al ensangrentado y quemado Isawa Tadaka. Solo podían rezar para que el Trueno Fénix tuviese la fuerza suficiente para vivir hasta que pudiese enfrentarse al Oscuro Emperador.


El hijo de la Tormenta
(Alianza de Yoritomo)

El ejercito del Hijo de la Tormenta volvió a Otosan Uchi tras su victoria contra los refuerzos de Yogo Junzo para encontrarse a los ejércitos de Junzo perseguidos y aplastados por los ejércitos de los Truenos. Complacido por su victoria, se acercó a Hoturi, Yakamo y Toturi con sus tenientes a su lado. Esta vez – no como miles de veces antes – no se arrodilló, solo se inclinó ante ellos.

“Hemos acabado con sus refuerzos," les dijo “Y ahora mi ejercito está preparado."

“¿Preparado?" preguntó Toturi.

""Si. Preparado para aplastar el vuestro."

Kakita Toshimoko, que se encontraba cerca de Doji Hoturi, puso su mano en su hoja, pero su Campeón negó con la cabeza. “Explicate, Hijo de la Tormenta."

Yoritomo se quitó el casco. “Mi ejercito está listo para atacar. Fallaremos. No puede negarse el destino. Pero estamos listos para atacaros ahora y morir si es necesario."

“¿Con qué fin?" preguntó Toturi.

Para probar que estamos preparados para morir y demostrar que somos dignos." Los ojos de Yoritomo no daban ninguna muestra de mentira o bravuconada. “Mandaré a mis tenientes de vuelta y vosotros me matareis por mi desobediencia." Chasqueó los dedos y los dos tenientes se retiraron, y él se arrodilló con la cabeza agachada.

La risa de Hida Yakamo se pudo oír por todo el campo de batalla “¡Por las Fortunas, me gusta este hombre!"

Toturi asintió. “A mi también. Llama a tus tenientes, Hijo de la Tormenta."

“Pero será mejor que tengas a tu ejercito preparado," le dijo Hoturi. “Si fallamos, tu nueva posición tendrá una vida muy corta."

Yoritomo volvió a colocarse el casco. “Pues no falleis."


La última prueba de Hitomi
(Dragón)

Mientras los siete truenos se preparaban para entrar en la Sala del trono, Togashi Yokuni se dirigió a ellos. “Todos conoceis vuestro destino. Negadlo bajo vuestra cuenta y riesgo." Entonces se volvió hacia Hitomi. “El tuyo es el camino más oscuro. Recorrelo con cuidado. Sobre tus hombros pesa mucho más de lo que crees." Entonces dio media vuelta y entró el la Sala del Trono, quitándose el casco y la armadura. “¡Aquí estoy, Fu Leng!" gritó y los truenos se estremecieron al oir el nombre pronunciado. “¡Estoy aquí para mostrarles que puedes sangrar!"

De pronto, el Campeón Dragón se transformó ante sus ojos. Su piel se volvió escamas y sus piernas y brazos se alargaron mientras su cuerpo se retorcía y cambiaba hasta revelar su autentica forma. “¡Soy yo" gritó. “¡Soy tu hermano Togashi! ¡Enfrentate a mi si te atreves!"

Otro dragón apareció, esta vez hecho de humo y sombra. La batalla entre los dos hermanos fue rápida y clara. Los dientes de Togashi derramaron la sangre de Fu Leng, pero el oscuro retorció el cuerpo de su hermano con sus brazos, partiendo su espalda. Entonces lanzó el cuerpo roto del dragón a los pies de los Truenos y rió. Hitomi se arrodilló ante Togashi, su mano de obsidiana brillaba hambrienta. La hundió en el pecho del dragón y arrancó su corazón y el perdido doceavo pergamino negro. Después, aplastó el corazón aun vivo y latiendo, robando su fuerza, volviéndola suya.


Se abre el doceavo pergamino
(La hermandad de Shinsei)

Cuando el corazón de Togashi ya no era más que un seco amasijo, Hitomi lo lanzó a un lado y rompió el sello del último pergamino negro, liberando la última parte del alma de Fu Leng. Su triunfante risa llenó la habitación y llamaba a los Truenos.

“¡Haced lo que querais! ¡Ahora mi poder está completo! Hace mil años, vuestros ancestros murieron para atraparme en esos pergaminos. Miraos ahora. ¡Miradme! Mi poder es mil veces superior al que era. ¡Mi victoria está sellada!"

Pero desde las sombras llegaba una risa diferente. Su propietario avanzó desde la oscuridad, aplaudiendo y asintiendo con la cabeza. “Así es, oscuro. Tu poder es mayor que nunca. Pero hay algo con lo que no has contado. Una cosa que sabía, y mi padre, y su padre, e incluso el primer Shinsei que matasteis hace tantos años. Verás, ahora que tu alma está completamente liberada, también está totalmente atada al cuerpo del último Hantei."

Mientras Fu Leng asimilaba lo que Shinsei había dicho, sus ojos comenzaban a apagarse con la oscuridad del miedo. “Así es, Fu Leng," dijo Shinsei, mientras esbozaba una gran sonrisa. “Eres mortal"


El primero en caer
(Unicornio)

En el palacio Imperial, Shinjo Yokatsu llegaba con su ejercito de campasinos y caballería. Al frente de la carga estaba Otaku Kamoko y su batallon de doncellas de batalla. Cuando Junzo se retiraba de su ejercito condenada, Kamoko cargó tras él. El shugenja no-muerto se giró hacia la doncella, agarrando pergaminos negros con sus manos, invocando el poder de su oscuro señor. Con un leve susurro de su ama, el caballo de Kamoko se convirtió en un repentino borrón de velocidad y el cuerpo de Junzo fue aplastado bajo sus cascos.

Con Junzo despedazado bajo las herraduras de la Unicornio, el ejercito de no-muertos del Emperador no tenía quien le guiase. Junto a los ejércitos Cangrejo y León, Kamoko destruyó las criaturas con máscaras de porcelana que quedaban mientras Yokatsu esperaba detrás suyo, deteniendo cualquier posible refuerzo que intentase asistir a la condenada horda. Entonces vieron como los Fénix se destruían entre sí, y se encontraron con Bayushi Kachiko. Al fin, los Truenos habían sido reunidos.

Entraron en el Palacio, y presenciaron la muerte de Togashi Yokuni mientras Mirumoto Hitomi abría el último pergamino. Viendo que el poder del señor oscuro aumentaba, Kamoko no pudo contenerse más. El descendiente de Shinsei intentó frenarla, pero se libró de él y cargó contra el Emperador, con la Espada de su Clan en una mano, y un salvaje grito de batalla en el corazón...


Los Truenos atacan
(Ejercito de Toturi)

En la oscuridad de la sala del trono, Toturi vió como Kamoko cargaba contra Fu Leng y no pudo hacer nada mientras Fu Leng la lanzaba a un lado como si fuese un insignificante insecto. El fuego de Jade que surgía de su lado provenía de la mano de Yakamo y los ojos de herido Maestro de la Tierra. Yakamo cargó contra Fu Leng, con la magia de Tadaka rodeándole en un halo de luz sagrada. Las manos del señor oscuro proyectaron fuego negro pero el aura de jade de Tadaka protegió al Trueno Cangrejo mientras la espada del padre de Yakamo derramaba sangre negra, corrupta. Doji Hoturi estaba justo detrás de Yakamo, la espada de su propio Clan se elevaba por encima de su cabeza. Ambos Truenos cortaron el cuerpo mortal de Fu Leng de nuevo antes de que el señor oscuro los alejase de su presencia con un viento impío.

Toturi miró rápidamente a su alrededor y se volvió hacia Tadaka. “¡El Trono, Tadaka! ¡El Trono Esmeralda!"

El Maestro de la Tierra asintió y con sus cantos elevó la silla en el aire. Antes de que Fu Leng pudiese moverse, Tadaka dejó caer el Trono del Emperador sobre él. Toturi cargó entonces contra el Emperador, alzando su espada, pero Fu Leng se recobró demasiado rápido. Agarró a Toturi por la garganta con su presa fría como la muerte y sonrió tras sus dientes ensangrentados

“¡Ahora eres mío, León!"

Toturi sintio como la mano inhumana le apretaba… y luego le soltaba. Abrió sus ojos para ver a Kachiko rasgar los ojos del señor oscuro. Cayó al suelo mientras la sangre negra se derramaba de las heridas del Oscuro, pero sus puños se aferraron a la garganta de Kachiko...


Y así cayeron...
(El ejercito de Yogo Junzo)

La presa de Fu Leng cayó rápida sobre la garganta de Kachiko. Doji Hoturi cargó de nuevo, pero el Señor Oscuro atravesó con su mano el pecho del Grulla, y vió como caía hacia atrás, con los ojos llenos de dolor y sorpresa. Tadaka disparó flechas de Jade al Señor Oscuro, que fueron reflejadas hacia el Maestro de la Tierra, destrozando su corrupto cuerpo con pureza.

Toturi fué el siguiente. El Señor Oscuro cogió su espada con la mano, y la retorció hasta que Toturi la soltó. Fu Leng golpeó al ronin con el mango de la katana mandándolo de nuevo a la oscuridad. Yakamo gritó desde las sombras de la sala del trono y corrió hacia él, pero Fu Leng transformó la oscuridad alrededor del héroe en cadenas que le ataron al suelo. En la puerta, Hitomi miraba con el último pergamino negro y su mano de obsidiana... sin hacer nada.

“Has fallado, Escorpión." Le susurró Fu Leng a Kachiko. “Mataré a tus camaradas y te conservaré como trofeo."

“Entonces dadle un buen vistazo a vuestro trofeo, oscuro," dijo ella, pues es el último que hareis."

Solo entonces notó Fu Leng que su negro pelo flotaba libremente sobre sus hombros. Miró hacia abajo y vió las largas agujas del pelo en sus manos...


La última petición de Hoturi
(Grulla)

Tras su terrible duelo con Fu Leng, Bayushi Kachiko se arrodilló con la cabeza del moribundo Campeón Grull en su regazo. Su sangre manaba libremente de su herida, y su tos era humeda y dolorosa.

Con apenas unos soplos de vida en su cuerpo, susurró, “Toma mi mano."

Así lo hizo. “Eso fue una estupidez, Hoturi" le dijo ella. “Tras todo el dolor que te he causado. Tras todo lo que te he arrebatado. Tu familia, tu clan..." sus dedos tocaron las vetas negras de su cinto, “... tu mujer." La fuerza de sus dedos se desvanecía. Ella le apretó más fuertemente contra sí. “¿Por qué?" le preguntó, su susurro estaba repleto de confusión e ira. “Deberías haberme dejado..."

“Alguien me dijo una vez que la vida es demasiado corta para lamentarse." Tosió de nuevo. “Y vengarse." Luchaba para ver en la escasa luz de la habitación. “Ví vuestro coraje, mi dama. Salvó la vida de mi mejor amigo." Ella llevó los dedos a los labios de él, pero él negó con la cabeza. El dolor de su pecho le robaba más de su aliento y ella le pedía que descansase. “No, debo decirlo." La miró profundamente a los ojos. “Quitate la mascara" le dijo. Ella no protesto. Hoturi sonrió “Te perdono" susurró “Por favor, perdoname a mi para que pueda descansar en paz."

Con su mascara a un lado, asintió. “Te perdono, Hoturi." El see mordió un labio empapado en sangre y sus ojos comenzaron a cerrarse. Kachiko tomo la cinta de su cinturón y la metió en su mano. “Estoy segura de que ella también te perdona."

“Recuerda este día, mi dama," le dijo, mientras su voz se apagaba. “Recuérdame"

Justo antes de que el vacío le reclamase, Hoturi sintió una única lagrima caer en su mejilla, y la voz de ella susurrándole suavemente, “Lo haré."